jueves, 10 de marzo de 2016

El dulce sonido de la PAZ

"El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera".
Aléxander Pope.


No, no se asombre, amigo lector, hoy afirmo que la paz tiene un dulce sonido. Y coincido con todos aquellos que creen en este proceso de paz con los asesinos de las farc; la paz es una melodía dulce, ponen sonrisa de oreja a oreja y les brillan sus ojitos porque estamos a media cuadra de la anhelada paz; sí, ahí está, a la vuelta de la esquina.

Para escribir el artículo de hoy tuve que remontarme al cuento alemán: El flautista de Hamelin, de los hermanos Grimm, por allá en el año 1284. La historia narra como un pueblo infestado por ratas (extraña coincidencia) es liberado de este azote por un flautista que al hacer sonar su instrumento, "encanta" a las ratas, las cuales lo siguen hasta llevarlas a un río donde finalmente mueren ahogadas. El flautista llega a cobrar su premio pero los habitantes de Hamelin deciden no pagarle y fallar a su palabra; el flautista se va pero días después regresa tocando su flauta y "encantando" a todos los niños de la población, que se van con él, cumpliendo una terrible venganza. Existen tres finales de este cuento: uno dice que los habitantes arrepentidos piden perdón, pagan más de lo establecido y los niños regresan; otro dice que el flautista hace ahogar a los niños en el mismo río que se hundieron las ratas y, finalmente, otro final dice que el flautista deja a los niños en una cueva donde nunca más se supo de ellos.


La melodía del flautista de Hamelin no debió ser molesta; es más, fue tan agradable que no solo le gustó a las ratas sino también a los niños. La melodía de la paz no es molesta, es dulce, es llamativa; sería de idiotas que no quisiéramos la paz. Pero es que el presidente Juan Manuel Santos, al igual que el individuo de la fábula, con su música tiene unos fines totalmente diferentes.

Si Usted, aún no lo ha percatado, señor lector, aquí no va a haber paz; aquí van a cambiar las reglas del juego para un país entero; van a cambiar las reglas del juego para demostrar que ser criminal vale la pena; a los criminales de cuello blanco; primero un nobel de paz, que infle más un ego de un ser despreciable y, para sus colaboradores, toneladas de mermelada que callan conciencias, silencian micrófonos, confunden al pueblo y mienten. Y a los otros criminales, a los del monte, a los cabecillas, porque al guerrilero raso lo embolatarán, a esos criminales: curules, gobernaciones, zonas de reserva, poder y dinero. ¿Habrá algo más peligroso que un pícaro con plata, poder y libertad de hacer lo que se le dé la gana?

La gran mayoría de los que le apuestan a esta melífera melodía de paz tiene dos características comunes entre muchas otras: viven en las grandes ciudades (no han tenido que aguantarse los abusos de los criminales en el campo) y no han sido víctimas directas de la violencia macabra y asesina de las farc. Por eso la paz les suena, y hasta les suena lindo; y hasta ven en Santos, un presidente al que se debe respaldar.

Nos están engañando. Como dice la frase de Pope con que inicié este artículo, la tarea del mentiroso es inventar veinte mentiras adicionales para cubrir la primera. Y ya hemos perdido la cantidad de mentiras que hemos escuchado tanto de este gobierno como de las farc. Y cada vez que una mentira trata de desestabilizar esta famosa mesa coja de la paz. Es entonces cuando sale uno de los súper ministros de Santos (o el mismo presidente) inventando veinte mentiras que distraigan, convenzan y logren admiración y seguimiento.

Se va a premiar a los bandidos; se va a premiar a aquellos que afirman que:
no pagarán ni un solo día de cárcel, no entregarán las armas, no tienen a ningún secuestrado, no reclutan niños, no están metidos en negocios como la mineria ilegal y el narcotráfico. A ellos, los reyes de la mentira se les va a premiar. Y los va a premiar aquel que dice: que es el peor enemigo de las farc, aquel que dice que hay que creer en los actos de buena fe de la guerrilla, aquél que llegó a su mandato ofreciendo una cosa e hizo otra totalmente opuesta; aquel que se hizo amigo de la escoria de América Latina (Chavez, Maduro, Correa, Ortega, Evo, Lula, etc); dime con quien andas y te diré quien eres; aquel que le dio la espalda a nuestras fuerzas militares y los puso al mismo nivel de los delincuentes.

Por eso hoy el llamado es a que no dejemos que le suene la flauta a Santos. Por eso hoy debemos unirnos para salir a marchar el 02 de abril; si usted sigue callado, nos va a llevar el que nos trajo. Bueno, listo, que nos lleve a nosotros... pero... ¿por qué le va a dejar como herencia a sus hijos, la indiferencia, el miedo y la cobardía? Tanto que criticamos a los venezolanos en la época de chavez por su pasividad e ignorancia; y acá estamos igual ó peor; porque quienes deciden y dirigen todo lo de esa dichosa mesa, son las farc. Ya hoy dijeron que le fecha de firma ya no será el 23 de este mes... la harán cuando ellos quieran; llegaremos a diciembre sin fecha para la famosa firma. Cuando el abuso de quienes van a gobernar sea evidente; cuando veamos como triunfan los criminales, solos ahí y en ese momento; muchos lograran entender que no hay paz, que no hubo entrega y que los malos siguen mintiendo y gobernando. 

La flauta de Santos nos lleva a ahogarnos. Hay que detenerlo. Las Fuerzas militares no lo harán (muchos ya fueron enmermelados, otros están detenidos ilegalmente); nos toca a nosotros. No se requiere ningún color partidista; acá seremos expropiados, perseguidos y eliminados, todos seremos engañados.

Prefiero ser llamado enemigo de la paz; prefiero salir el dos de abril  pidiendo ayuda, pidiéndole a Santos que renuncie a quedarme callado porque al fin y al cabo ya ha pasado todo.

La paz tiene una melodía hermosa pero esa melodía nos está llevando a ser olvidadizos, obedientes, complacientes y cómplices.

El sábado 02 de abril, salga... si se queda callado se revitalizarán los criminales; si no sale ese día, no tendrá posibilidad después.

Nos espera: Sangre, sudor y lágrimas, la frase de Churchill también se hace real en ese momento. No importa, nos tocará revolcarnos en el barro para luchar contra la indiferencia, la ignorancia y la apatía.

Vamos a morir de pie; no importa que el resultado no sea el esperado. Vamos a morir de pie porque el aroma de la paz seguirá enamorando a muchos idiotas útiles que se dejarán embaucar.

Vamos a marchar el 02 de abril, vamos a impedir premiar a los asesinos; vamos a luchar porque hay mucho más que hacer; ¡No me crean tan aguacate!

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