lunes, 26 de septiembre de 2016

¿ya para que?

Desde el 10 de mayo no escribía en este blog, por motivos de seguridad. Esto trajo infinita tranquilidad por mi seguridad y la de los míos. Sin embargo, el suceso que se presentó hoy en Cartagena, deja el sinsabor enorme de que los malos ganaron; y ese sinsabor me hizo escribir.

A Dios gracias ningún familiar ni amigo cercano tuvo que vivir de cerca los vejámenes y atrocidades de las farc; pero eso no hace que yo no viva ese dolor y que repudie la acción criminal de estos asesinos durante tantos años.

Con el teatro que se hizo hoy en La Heroica (y que por motivos de salud mental no quise ver) queda claro que los guerrilleros que antes se escondían como ratas por la acción eficiente, heroica y militar de nuestras Fuerzas Armadas; a partir de hoy deambularán como el renacuajo paseador; muy tiesos y muy majos, por todo el territorio nacional (por eso el mapa negro que hoy acompaña mis letras); se pasearán sin asomo de vergüenza, culpa o remordimiento; se pasearan con prepotencia y orgullo custodiados por nuestros policías y militares que terminaron como celadores de aquellos que asesinaron a miles de sus compañeros.

Santos, timochenko y toda la barbarie de Cuba y Venezuela se salieron con la suya; la dichosa firma de hoy finaliza el proceso cobarde y amañado del presidente con delincuentes. Como siempre, como desde el principio, quienes respaldan todo este proceso son personajes internacionales y países descalificados moralmente; pero eso para las cámaras y la ética de muchos periodistas que se prostituyeron por la mermelada; eso no importa.

Plebiscito ¿ya para que? Somos muchos, muchísimos los que votaremos NO; pero Santos ya tiene toda la plataforma montada para que gane el Si. Tendremos que empezar a ver como padres de la patria a timochenko, santrich, teodora, petro, roy, benedetti y un montón de zarigüeyas más.

Nos queda orar y orar mucho porque no en vano hubo hasta santeros cubanos haciendo un mundo de rezos y ritos diabolicos para que se diera este tratado. Nos queda orar y orar mucho porque la frase de Churchill se hace evidente hoy en Colombia: "Solo les prometo sangre, sudor y lágrimas".

El país se polarizó. No van a haber más ataques de las farc (se supone) pero ellos estarán concentrados en veinte sitios del país y cuando se alboroten, que Dios nos coja confesados ... porque si con un Caguán hicieron lo que hiceron; imagínense que ahora son veinte.

Se acabará el gobierno de Santos, el se irá y quedaremos en un proceso peor que el de Venezuela; y despertaremos tarde, algún dia despertaremos y aquellos que nos llaman guerreristas, nos hallarán la razón cuando estemos viviendo la miseria social, política y económica que arranca con la firma de hoy

Que el Dios de Colombia no nos suelte.

¡No me crean tan aguacate!

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