La posesión de Juan Manuel Santos para su segundo período presidencial es un fuerte sacudón para la estructura de un país que se ha venido desmoronando en los últimos cuatro años. Es una posesión que genera pesimismo, rabia, desazón e impotencia. Juan Manuel Santos se salió con la suya. Ganó tramposamente, con fraude, con mentira, con engaño y con mucha mermelada. Pero ganó. Será el segundo presidente reelegido inmediatamente después de haber finalizado su primer mandato. Pero a diferencia de su predecesor las condiciones en que llega a revalidar su mandato son totalmente aterrorizantes.
Alvaro Uribe Vélez, fue presidente desde el año 2002 hasta el año 2010. Tuvo (y tiene aún) detractores que atacaron mucho su gobierno. Tuvo aciertos y desaciertos, siendo los primeros los que más marcaron su gestión presidencial. El presidente Uribe (hoy Senador Uribe) acabó la vagabundería de las farc y de los paramilitares. Se reactivó la economía en el país, los delincuentes fueron casi exterminados, se podía viajar por todas las carreteras y la guerrilla ni hacía retenes, ni voladuras de oleoductos, acueductos o carreteras, ni ataques guerrilleros y el país recuperó una imagen internacional que estaba en el piso por la gestión de sus predecesores Pastrana y Samper (el primero por ineptitud, el segundo por mafioso). Los gobiernos de Uribe fueron, así les duela a más de uno, la época de esplendor de Colombia a nivel local y a nivel internacional.
El 7 de Agosto de 2010, el optimismo de los colombianos de bien y las esperanzas puestas en el gobierno que sucedería la Seguridad Democrática era enorme. Todos recibíamos el nuevo gobierno de Santos con inusitada alegría y su discurso de posesión nos dejaba alelados pensando que seguiríamos por el camino trazado. No pasaron tres meses y la traición mas baja, mas sucia y menos esperada se hizo presente. Y Santos dio la espalda a un pueblo que le creyó un plan de gobierno que nunca realizó y los tres huevitos de la seguridad democrática los destrozó totalmente. Se alió con delincuentes nacionales (las farc y el eln) e internacionales (chavez, correa, kirchner, ortega, evo, etc).
El 7 de Agosto de 2014, no hay optimismo. Ni siquiera de los idiotas útiles que botaron su voto por él. Su bandera de la paz está destrozada, su paloma de la paz es un chulo negro de mal agüero y su mesa de negociación en Cuba está más que resquebrajada. Santos pierde no solo su imagen positiva sino que también sigue perdiendo credibilidad, autoridad y confianza. No habíamos vuelto a tener un protagonismo de los terroristas desde la primera posesión del Dr. Uribe cuando estos desadaptados lanzaron su arremetida seudomilitar (a estos desgraciados les falta mucho para tener disciplina y dignidad militar) contra la Casa de Nariño, impactando su ataque asesino en indigentes de la desaparecida calle del cartucho. En la segunda posesión del Dr. Uribe y la primera de Santos, la guerrilla estaba diezmada, asustada y no apareció. Esta vez es diferente. La arremetida guerrillera de las farc es descarada y la insolencia de los del eln que no han empezado a negociar es sádica y cruel.
Aterroriza la incertidumbre sobre todas las cosas que van a venir en estos cuatro años. La ilegitimidad con que fue elegido este gobierno es solo el aperitivo para todo el banquete de sangre, corrupción y muerte que trae la alianza Santos farc, eln y castrochavismo. Grandes mentes colombianas tendrán que salir del país para evitar ser asesinadas. Estoy seguro que viviremos grandes magnicidios, anarquía total, desmadres de las farc y del eln y un país que se irá en picada a una guerra civil peor que la que vivieron nuestros abuelos entre liberales y conservadores; porque esa guerra (la Guerra de los Mil Días) era una contienda política...ahora nos enfrentaremos con delincuentes armados hasta los dientes contra población civil que apurado sabremos manejar una cauchera.
No estoy siendo pesimista. Estoy mostrando la realidad que estamos viviendo con base en el desorden, caos y barbarie que vive Venezuela. Nuestro vecinos que en épocas de antaño fueron dueños de una nación prospera y pujante quedó destruida por la acción criminal del gobierno de Chavez y del hoy idiota, muñeco de papel que es Maduro.
Nos quedan tres cosas:
Mantener el poder de la oración y pedirle a Dios que nos guarde y nos cuide.
Mantener la frente patriota en alto y si toca entregar la vida por la Patria antes que tener que doblegarse a la delincuencia... pues hacerlo.
Mantener la esperanza que algún militar se pellizque, o que el mismo pueblo lo pueda hacer, así como lo están haciendo los jóvenes venezolanos y poder tumbar este gobierno.
Es tiempo de reforzar los valores de dignidad, respeto y majestad de nuestra Bandera y Escudo Nacional, de recordar la gesta libertadora y aquellos héroes que nos narran las estrofas del Himno Nacional. Es hora de no dejarnos amedrentar, de entregar todo por la Patria y decirle a Santos y sus secuaces que si se quieren robar el País y volver ésto un completo acabose.... NO les va a quedar fácil... Pueda ser que quedemos pocos de pie pero siguiendo el valor y el ejemplo del Dr. Alvaro Uribe Vélez no nos asustaremos y lucharemos por esta Tierra Hermosa y Bendita hasta que Dios nos deje hacerlo.
Los que reeligieron a Santos no me vengan en tres meses a decir...."y ahora, ¿qué hacemos?" Esa cantidad de colombianos que se dejaron comprar desde un tamal a una casa, no serán víctimas...desde ya son cómplices.
Rendirnos, quedarnos callados y bajar la cabeza... no está en nuestro diccionario... NO ME CREAN TAN AGUACATE
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por haber leído este artículo.
Espero que sus comentarios enriquezcan y si llegan a generar debate se lleve éste con altura, discernimiento y sin apasionamientos.